Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.

sábado, 25 de octubre de 2014

REAPERTURA...

Hace más de un año, para ser exactos 14 meses y 13 días. Un año en el qué surgieron imprevistos, visitas, salidas...idas y vueltas.
Los amigos y familia que llegaron a Europa y los que se fueron...los que se acercaron más al caluroso sol del Mediterráneo y los que arribaron al clima húmedo porteño tienen tanto que contar que para qué seguir hablando. Parece que estuviera buscando una excusa al antojo, nada más que decir que fue un año con la milonga estática, ahí en el recuerdo...
Alguna que otra vez debo decir que me dí una vuelta y miré por sus ventanales, todavía estaba ahí la foto del Flaco, los cortos apilados y las páginas de un libro incompleto. Ahí estaba todo, tan simplemente llano, cubierto de polvo. No podía volver a atender porque no estaba lisa y llanamente de ánimo, todo revuelto y complicado...tanto que no quería contaminar aquel espacio tan lleno de historias humedecidas, amarillentas.
Pero los meses pasan y nos vamos volviendo tecnos. Mi ánimo cambió y decidí finalmente arremangarme la camisa y ordenar todo este cambalache, simplemente pasé un plumero, limpié las ventanas y acá me tienen nuevamente para ir metiéndole paso de calesita al cuchitril.
Por eso los voy invitando a la reapertura del boliche, sin mucho que ofrecer más que recuerdos en un comienzo, BIENVENIDOS NUEVAMENTE.
Un abrazo a los amigos de José C. Paz, Pablo, Cristian, Ceci que anduvieron por ahí ... a la familia...toda, a mi čebelica, al Flaco y al Gitano que siempre están en los oídos de cualquiera.
Así que, para ir pasando el rato...tomense unos mates y acaricien sus oídos...




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