Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.

lunes, 12 de agosto de 2013

Lado B, Parte XXXIV

VENTANAS V, última parte A y...
En algún rincón de Santa Cruz, Argentina, martes 25 de Julio de 2010.
Se acuerda de esos momento y escribe esas últimas líneas en su cuaderno. Verónica lo espera con el chileno, se están yendo, él les dice que decidió quedarse hasta la tarde y tomarse el último micro, quiere pensar un poco más. Se despide de ellos, no sabe cuando volverá a verlos...ellos habían sido esos amigos que se extrañan y no se olvidan. Cuando Vero se va le contagia una extraña alegría y él se siente mejor.
Pasea toda la tarde y se toma el micro junto a algunos rezagados hasta Bs. As....se acuerda de un día como ese...

Todavía me acuerdo cuando fuimos hasta el Tortoni solamente porque vos querías bailarte un tango a secas y no sentir vergüenza porque la mayoría eran turistas. Hablábamos en francés, y a veces se me escapaba una en italiano. Pero fue en Julio, casualmente para estas fechas cuando me pediste hablar, ya habíamos hablado en la facultad, pero vos querías una cita. Estaba tan ansioso que le había contado a Pablo, después le conté a Cristian pero no me dieron mucha pelota.

Fragmentos del diario de Daniel, julio 2009
Era la noche del sábado 18 creo...me acuerdo que me había preparado, me calcé el traje nuevo que lo venía reservando para los exámenes de invierno, eran las 18, casi de noche, estaba enfilando para salir y mi viejo me para y me tira las llaves del Fit. Lo miré y me dijo cuidate y pasala bien. Le sonreí, el auto me esperaba en la vereda, gris, brillando en la noche de invierno...me subo y en la radio solo podía sonar un tema...


Agarré camino del Buen Aire por Gaspar Campos. Me deslizaba por la autopista y me sentía genial...A los cuarenta minutos estaba en Caballito esperando en la puerta. Te esperé un rato abajo y saliste vestida de negro, fuimos a comer a uno de esos restaurantes de Florida y de ahí al Tortoni. La gente hacía fila para entrar pero no tuvimos problema, era cierto...estaba lleno de turistas que bailaban y veían un show que de tango tenía poco. Te dije que ahí no podíamos bailar y te llevé a otra milonga no tan paqueta, no del bajo, pero donde si podíamos bailar. Así encaramos para la calle Suipacha y fuimos a la Ideal. Nos abrazamos bailamos y así pasamos casi tres horas. Me pediste salir y fuimos para costanera, a pesar de tener todos los sentidos alertas, había gente paseando y ahí otra vez te di un primer beso....o fuiste vos, no me acuerdo...todo había sido perfecto. Fuimos hasta tu departamento, me invitaste a subir y dijiste que no había nadie, te seguí el juego...fuimos hasta tu habitación y la puerta se cerró.


Al otro día te desperté con unos mates, la ventana dejaba entrar los primeros rayitos de sol invernal y me dijiste buen día sonriendo. Me senté en tu computadora y empecé a escribir, me preguntaste que hacía y te conté de los mails que nos habíamos estado escribiendo con los chicos...y que quería terminar con eso. Vos me preguntaste porqué, te contesté que no quería formar ningún grupo ni nada parecido. Vos me dijiste que me dejara de hinchar, agarraste lo que estaba escribiendo, te sentaste al lado mío y empezaste a escribir...muy breve y terminaste con esa palabrita que siempre te decía...Chastaluego. Te había gustado la presentación con diapositivas pero no me dejaste despedirme de ellos, dijiste que ese era el comienzo de algo más...me convenciste al decirme que ojalá alguien de tus amigos hubiera hecho algo así...y después de una charla enteramente nostálgica y sentimental, me dijiste que intente, que intente reunirlos a todos, te dije que así no era yo pero vos me dijiste que ni yo sabía cómo era. te tiraste en tu cama y te tapaste con las sábanas blancas...me acosté al lado tuyo y no dejé de mirarte...


Continuará...

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