Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.

martes, 29 de diciembre de 2015

Lado B, Parte XXXV

VENTANAS V, última parte...B y...

En algún rincón de Buenos Aires, Argentina, lunes 31 de Julio de 2010
El lunes va hasta la librería donde trabaja Agus, ella lo abraza y él le explica lo que quiere hacer. Ella tiene que irse con él, tiene ahorros y puede costear los gastos de uno ya que los de él están solventados por la beca. Ella se queda atónita, no puede decir nada. Esperan, el se toma un café y ella lo mira, va y viene. Le dice que tiene que hacer algunos trámites que a la vuelta pasa por el departamento de ella.Espera con ansia la respuesta de ella...y no se hizo esperar mucho, le dijo que no podía. Que este viaje lo haría él solo, pero él quería que lo acompañara. Sin ella no habría empezado nada, sin ella no estaría ahí, ahora,...

JARCIA I, Breve recuerdo oculto
En septiembre del 2009 Agustina le insistió a Daniel para que presentara alguno de sus cuentos en los pequeños concursos urbanos, pero él se resistía a que alguien leyera algo. Le dijo que empiece entonces por sus amigos, que de seguro al leer los mails que escribía lo entenderían...pero el le dijo que nunca recibió el apoyo de nadie, ni siquiera de ellos....seguramente dirían que son estupideces o algo así sin importancia...esas historias eran algo entre los personajes y él y...bueno ahora ella. Luego de mucho insistir Daniel le dio un cuento a Pablo, uno casi largo que tardó algún tiempo en terminar de leer. Pablo le preguntó para qué se lo daba y Daniel le dijo porque quería saber su opinión. Solo él había leído un cuento de esos, Daniel pensó que Pablo era un aficionado a la lectura y no tendría problemas, al final la critica fue me parece que esas dos palabras...no sé...como que me molestan. Eran de la segunda página. Y el resultado le había gustado. Pero no ahondó mucho.  Agustina, impaciente presentó sin conocimiento de Daniel un cuento del cuaderno rojo que todavía conservaba. Ese cuaderno pasó a manos de Juan Sasturain, Octavio Prenz, Sachieri y muy extrañamente a Galeano que leyó un microcuento. Pequeñas firmas de prueba y todo porque Agustina los vio en la librería en esos dos años, entre presentaciones y reportajes. Esto Daniel no lo sabría y no lo creería hasta recibir ese cuaderno rojo devuelta. Pero todavía faltaba algún tiempo.



JARCIA II, dialogo del 31 de julio

-No puedo irme Dani...
-Pero no quiero irme sin vos...se me suman un montón de cosas y si estoy solo no sé que voy a hacer...
-No vas a estar solo, tenete confianza...si voy o no...no puede cambiar las cosas. Te lo ganaste por que te animaste...
-Sabés que no es así...
-Igual son pocos meses...antes de fin de año nos vemos...
-Quiero parar...
-Todavía no empezaste...ya sé que te da vértigo porque es como ir muy rápido...¿no?
-No sé, en menos de un año todo dio un giro de 360...y ahora ni sé que estoy haciendo. La facu a un lado, irme de mi casa por tanto tiempo, hablar en un idioma que no es el mio, mis abuelos...vos sabés lo que me espera mejor que yo si voy allá...y si estoy solo...no sé...
-¿Le contaste a los chicos?
-No, lo pensé mucho mientras escribía pero se me aparecen tres posibles reacciones...y ninguna es muy buena...bueno una sí...pero es la menos posible...
-Pero me dijiste que Cristian te fue a ver una semana antes de irte a Santa Cruz...él te puede entender...
-No sé, siempre fueron los de las iniciativas...yo, solo...esto no sé que tan bueno es...y fracasar...estoy acostumbrado...por otro lado me hace pensar en lo que puedan decir a mis espaldas...con Victoria no fueron muy "amables"....a pesar de que...bueno, ya te sabés la historia mejor que yo.
-Sí...pero eso no significa que sean iguales con vos...son tus amigos...
-Por eso, porque los conozco no sé hasta donde me entenderían o que dirían...cada vez que les hablo de vos o de lo que hago cambian el tema y hablan de cualquier cosa...o lo desvían a algo que los vuelque a ellos. No te acordás cuando Pablo volvió del norte, hablamos por horas...bueno fue ese día que me iba a juntar con Cristian y le iba a comentar lo de Santa Cruz con más profundidad...pero de la nada surgió Pablo y cuando volvimos a entrar en clima y les quise contar de mi abuelo...devuelta cambiaron el tema y no les interesó mucho....bueno a Cristian le pareció raro que mi abuelo fuera violinista y yo no lo supiera. Lo que no sé si escucharon bien es que el clarinete que Pablo guardaba en su pieza era uno que vendió mi abuelo...
-No entiendo cómo seguís siendo amigo de ellos si estás tan al margen...
-Por que en el fondo son buenos pibes y no creo volver a conocer a nadie como ellos aunque tenga algunos vicios como preguntarles cosas que ya sé para hablar de algo o hacerme el boludo cuando me preguntan si algo...es cierto que a veces parece la amistad de uno solo y de que no entiendan cuando tenés otro asunto ajeno a ellos...pero son así...pero con el paso del tiempo...
-...tomen caminos diferentes...ya sé. Eso es normal Dani...
-Igual no creas que son santos, ellos también son de jugar parecido y en algún punto eso me tranquiliza porque tenemos reglas...
[...]
-¿Y cómo venís con los preparativos del viaje?
-Bien, te digo que contaba con tu respuesta...así que como plan B le comenté algo a Noe para que viaje conmigo. La petisa tenía ganas de viajar y sola nunca llegaba a ahorrar para el viaje....creo que en el fondo no quería que vos viajes y al final se le cumplió el deseo...
-¡Dale! ...me llevo re bien con ella...
-Sí, sí....por que nunca van de frente... (se ríen)
[...]
-Te acordás de la chica de Francia que conocí en NY...si llegás a darte una vuelta-guiño-te paso la dire y te doy algo para ella.
-¿Porqué no venís?
-Dale...ya fue...
-Oka, no jodo más...

Agustina se queda como si estuviera esperando que Daniel lo intentara una vez más pero Daniel no volvió a preguntar. La espera a que termine de trabajar y se van para el lado de recoleta a pasear y perderse un poco entre las aberraciones que acababa de reformar el gobierno de la ciudad en Plaza Francia. Ella le pregunta cuando...a qué hora se va para Ezeiza, el le cuenta esos detalles del viaje...ella le pregunta que piensa hacer cuando llegue y él le cuenta que no tiene nada definido y no quiere caer en esos castillos del aire, no tiene miedo...sabe que más curtido de lo que estaba no podría estar en otro lado...su único miedo es vencer los dichos tan arraigados en su conciencia, fruto de las malas lenguas y de las buenas también...historias de antaño que poco tenían que ver con el presente. Ella escuchaba conteniendo una extraña ansiedad y él hablaba como si fuera a la vuelta y volviera en minutos.  
Pocos o casi nadie sabrá que palabras cayó él y cuales fueron las que ella quería oír.



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