Otro año de la milonga con poco más de seis meses de pausa, vuelven a caer palabritas que se estampan en las pantallas que muestran de reojo La Milonga de Corsino.
No soy muy afecto a escribir lo que sucedió en estos meses sin nuevas palabras pero que sin embargo las visitas se multiplicaron llegando a unos 7200 vistazos lejanos y cercanos.
Hoy es 16 de Marzo de 2013, una fecha algo dispareja y para algunos supersticiosa, muy a pesar de estos últimos pensé en dejar que el silencio superara las fronteras del tiempo resumido en meses para convertirse en años. Pero ese tipo de cosas últimamente me molestan a tal punto de hacerme la vida un tanto incomoda.
Muchas gracias a los nuevos seguidores a los que hicieron de muchas publicaciones un clásico inesperado en la selección.
Por otro lado un particular agradecimiento a los que escribieron en estos años y siguen así abarrotando el escritorio con papeles que alguna vez aparecerán.
Desde muy lejano se agradece a los oriundos de José C. Paz...nombres que en iniciales irrepetibles comienzan con: C, P, J (sobrenombre), K (sobrenombre), A, V, G, F y M. Un abrazo...y de vuelta un nuevo año.
Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario