Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.

domingo, 5 de febrero de 2012

Lado B, Parte IX

VENTANAS II
En algún rincón de Santa Cruz, Argentina, jueves 15 de julio del 2010
Hace frío, más del que él quisiera pues había nevado...sin embargo las cabañas son bastante acogedoras y los días se pasan bastante bien. Hace tres días que comenzó a escribir aquellas páginas sueltas de años pasados, instantes y momentos que de alguna manera persistieron en el tiempo y se reflejaron en muchas personas.
En lo que va de la estancia en Santa Cruz conoció a casi todos los que están haciendo e curso. Una chica le llamó la atención, se llama Verónica y es de Bariloche, provincia de Neuquén. Lo que le intriga de ella es la desazón que suspira mientras mira por la ventana todas las tardes. La imagen poética, para una poetiza, no es de extrañar. Sin embargo la poesía hecha carne puede que si. Son breves lapsos y aún así logra que uno volteé a pensar en que "le estará pasando".

Y por decir "además", se le cruza que aquella fantasía alejada del todo allá por el sur, en tan solo días contados con los dedos, aquel curso terminará y por lo demás solo el tiempo lo dirá. Devuelta a la rutina, de vuelta a ser lo que los demás ven.
Todavía puede que la suerte le sonría y algo más caiga del cielo, algo qu pasó una vez, un globo que pasó y dejó en el aire sin ninguna preocupación. El otro cuento que envió para aplicar por la beca de Europa.
Y con ese punto termina la fantasía. Por lo que fue ese 2010 ya había tenido demasiado asi que como gran pasatiempo se limita a seguir escribiendo sobre los recorridos y a preparar la última versión de lo que sería el último trabajo en el sur.

Se sienta a la mesa sobre la que yasen algunas hojas sueltas, de fondo se escucha la radio, un poco de música a casi medio volumen para aislarse del silencio y continuar escribiendo, pero de improviso golpean a la cocina, es el chileno y Verónica. Preguntan si quiere tomar unos mates, asiente con la cabeza sabiendo que ambos toman amargo. Vero pone la pava y se sienta, el chileno se sienta a la mesa antes que ella y hojea algo de lo que estaba escribiendo y sin dejarse atrapar por una mayor curiosidad pregunta si es para el taller de Maja. La respuesta tarda unos segundos y sale un “no”.

-¿Qué es entonces?
-Garabatos.
-¿Pero ya terminaste el cuento para Literatura?- Acota Vero.
-No.... Estoy en eso pero, como todavía no consigo darle la vuelta de tuerca al tema, paso el tiempo haciendo estos rayones de memoria- dice con tono suntuoso y continúa -No es como los demás, vengo de salto en salto y a veces tengo vértigo de lo rápido que va la historia.
-¿Por qué lo decís?- Suelta rápido Vero.
-No sé, será por el tiempo que tardo en asimilar los cambios. No sé. Me imagino que fueron furtivos la cantidad de cambios y los despliegues que  hubo entre las personas que mas extraño. Supongo que a la vuelta voy a juntarlos a todos en una de esas reuniones y nos sentaremos a hablar un rato largo.
-¿Hablar de qué? No entiendo. Para mi que te tiene mal tu polola...hablás rarísimo- dice el chileno.

-Si...igual entiendo lo que decís -dice Vero- No sos de abrirte y con el tiempo las cosas se acumulan. Bueno chicos necesitamos terapia- dice con una leve mueca de rísa...

-Algo así -Afirma el que escribe-Igual no creo ser tan cerrado che, simplemente creo que no hablo mucho de cada cosa que me pasa por que...en una de esas no le doy esa importancia que se merece. Siempre creo que los demás tienen mejores cosas que decir y al final lo mío son causalidades de la vida que pasan a segundo plano. Tampoco creo en los cumplidos, salvo que vengan de alguien que suela darlos...lo que es dificil de saber. Asique soy un jodido con mayúculas-se ríe...

-Mirá, si pudiste llegar hasta acá, no es por gracia de la vida sino porque a alguien más le gusta lo que hacés y eso es mucho- Mientras tanto se levanta para sacar la pava del fuego y continua hablando mientras prepara el mate del que estaba escribiendo para la ronda de tres- Te cuento que por mi parte nunca me hice cargo de lo que escribía y ahora el tiempito se me pasa soñando llegar a algún lugar. Soy más garande que vos y estoy acá con chicos y chicas más jovenes. Muchas veces me doy la cabeza contra la pared pensando en ¿porqué no me arriesgué antes? Asique querido, te entiendo. Y sé que te debe parecer una estupidéz o la una gran boludés lo que estás haciendo, y más aún si lo comparás esto con algo “productivo” -Sonríe-  como trabajar en un negocio. Hoy por hoy, ese problema lo tienen todos a la hora de jugarse por lo que más quieren. Si no es así tenés dos caminos: ser una tipa productiva viviendo una vida tranquila;  o todo lo contrario, no ser nada y deambular por todos lados sin meta ni consuelo porque todo te da igual.-

El chileno no la escucha pero, el que escribía antes de que llegaran, si. Hace una pausa mientras Verónica termina de preparar el mate y le ceba el primero al chileno, quien mientras tanto ojea una de las hojas desparramadas del que escucha. Este último continúa el dialogo…

-Bueno, el problema es que no se para donde agarrar...esto solamente es otro "pasatiempo". Bueno, hasta hace poco así lo era, pero  no sé por qué siento que voy en contra de algo que no quiero. por otro lado está mi carrera que tanta amargura a veces da, la amo. Lo curioso es que seimpre término el año con la tentativa de a quien mato de mi mismo y al final sigo igual, no me decido. No quiero tomar esa decisión, sé que después uno tiene que cargar con esos muertos toda la vida. Supongo que quisiste decirme eso…aunque lo mío fue un parafraseo parafraseo de alguien que ya no está- Se ríen porque saben a quien se refiere el que escribía...sin embargo este último no los acompaña en la risa y pierde brevemente la vista recordando a su idolo.

-Más o menos...pero si, me  simplificaste la idea- Se vuelve a reir mirando al chileno- ¿Y a vos qué te pasa que no decís nada?
-Espera que me quedé leyendo esto ¿qué te estás escribiendo?-suelta el chileno sin desviar los ojos de la hoja. 
-Eso, es un cuento viejo que empecé hace mucho y que aprovecho mientras estoy acá para ver si puedo complementarlo con algo.
-Y porque se llama…- No alcanza  terminar el chileno que lo interrumpe el que escribía.

-No sé, me gustó el nombre y además es un bicho que se me ocurrió mientras cursaba el anteúltimo año de secundario. En el curso teníamos que escribir un cuento sobre realismo mágico y lo empecé así pero no se como terminó como un cuento fantástico. A pesar de ese error y las faltas de ortografía la profesora me aprobó con felicitaciones. Me acuerdo todavía del nombre, Occhiuzzi- Cuenta mientras Verónica le ceba un mate.

Afuera se suelta otra nevada mientras Verónica se asoma a la ventana a ver la caída constante de los copos de nieve que hacían visible un frío iluminado a las cuatro de la tarde. Su mirada se pierde en la ventana, el chileno seguía leyendo y el que tomaba el mate se quedó perdido en aquella imagen, una chica de treinta y pocos, aquella chica que ve más allá  que el fuera, como el pájaro que mira más allá de la jaula añorando volar. Era tan enigmática que hipnotiza los sentidos del que la contempla. Pero es un breve lapso, se da vuelta y ve el mate apoyado en la mesa para continuar la cebada…

-¿Y ustedes de que están escribiendo?-Prenguta el que escribía.
-Yo le voy a mandar un cuento que escribí antes de venir aquí, es eso o mandame a la chuña- dice el chileno.
-Yo estoy terminando algo que tenía desde hace algunos meses y no podía terminar-dice Vero- Vamos a ver si puedo terminarlo de una vez ¿Vos?
-Tengo una historia, la tendría que desarrollar un poco más y cambiarle algunas cosas pero...bueno “la base está”, lo difícil es no irme tanto del eje…Me inquieta un poco más lo que tenemos que escribir para esloveno, aunque la profesora parece bastante macanuda.
-Si, díganlo por ustedes, yo con esa ni me arrimo-suelta el chileno-. Si estuviera menos racista la señora puede ser que me cayera mejor pero parece que no le gusta que mi apellido fuese croata.
-No creo, fijate el nombre de él -repunta de inmediato Verónica- tampoco es muy esloveno y creo no tuviste ningún problema con Stanovnik.
-No, hasta ahora no hubo ningún problema. Es más me preguntó bastante sobre mi familia y no le sorprendió mi apellido.
Y así continúan hablando hasta que el chileno y Verónica se van. El chico se queda leyendo lo que había escrito y continuando lo que, al parecer, estaba pasable.

Cae la noche y la nieve desciende mucho más suave que durante la tarde. Un aluvión de recuerdos lo apabullan mientras escribe y quedan las imágenes que se aferran luego de escritas.
La extraña, y se nota en esa soledad, toma el teléfono y la llama pero nadie atiende, seguro está el trabajo. Mira a través del vidrio y piensa en el frío porteño y en aquellos días sobre los que acababa de escribir. Sin darse cuenta empieza a distraerse y deja de pensar un momento en ella.
Prende la computadora y entra a su casilla de correo. Pablo había escrito...Termina de leer la carta, se ríe y se imagina las palabras...
Al rato suena el teléfono, es ella....el rostro no se compara con el de horas atrás. Hablan, se rien y por ese día que terminaba decide no volver al casuse de los recuerdos. Sin ambargo la línea de tiempo exíste y el "mucho antes" existía aunque él no lo escribiera. Mucho antes de conocerla, muco antes.

Aquella noche la única luz tenue que iluminaba el afuera nevado provenía de una cabaña entre varias, por la que si uno miraba por la ventana vería a un chico sentado a una mesa, alienado con el teléfono pegado a la oreja y sonriendo sin saber un porqué o de qué...


Continuará...

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