Se podrían decir muchas cosas del 25 de mayo. Desde una visión nacionalista diría que es el aniversario de aquella Revolución que llevó al nacimiento de la locura, el descontrol y a uno de los países más lindos...y no lo digo solo por ser argentino, sino porque es la pura verdad.
Tenemos los peores errores y las mejores virtudes...es decir, somos lo más “humano” posible y, aunque tengamos esos millones y millones de errores...la conciencia trata de buscar un cachito de espacio para decir presente.
Por eso: para el que está lejos de casa; para el que putea la suerte que le tocó; para el que quiere, a pesar de todo, ser argentino; para el que mira siempre adelante recordando cada paso en el camino; para el que sueña; para el que respira buenos aires a pesar del humo, la bronca y los quilombos; para el que cree; para el que no cree; para el que sonríe; para el que no busca chivos; para el que no le quedó otra y se tuvo que ir pero en el fondo siempre lleva la celeste y blanca...para todos ellos y los que me faltó por nombrar...¡¡¡FELIZ 25 DE MAYO!!! Felices 201 años de historia buena y mala, triste y alegre...somos como somos.
Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.
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