Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.

domingo, 29 de julio de 2012

Lado B, Parte XIX

COMENZANDO A SER 2008 IV (última parte)

La Máscara del Tae

Comenzó marzo y las allegadas nube continuaban su curso dejando ver al sol y ocultándolo quienes no levantaban las miradas. Daniel comenzó a rondar el gimnasio que estaba a tres cuadras de su casa donde había dejado de practicar Tae Kwon Do, parecía que no pero ya habían pasado casi siete años desde aquellos días llenos de golpes, patadas y torneos. Comenzó a asistir a algunas clases, no tenía elasticidad ni coordinación en los movimientos. Poco a poco el cuerpo se acordó de aquellos años y la memoria para los movimientos era un calco.
Habían cambiado algunas cosas desde su adolescencia a esos días del 2008. El Gral. Choi Hong Hi,  fundador del Tae Kwon Do y militar coreano, había muerto en el año 2002. Con su muerte todas las escuelas del mundo que dictaban la doctrina se envolvieron en la auto-transformación y el desarrollo de sus propios principios. La enciclopedia del Taekwondo, se perdió, quedando algunos ejemplares en inglés. Todas las reglas básicas de su entrenamiento incluyendo sus cinco preceptos: disciplina, autocontrol,  cortesía, integridad, perseverancia y espíritu indomable se habían olvidado. Era un deporte más de los que trataba asemejarse al boxeo. La única diferencia con este último es que estaban permitidos otros movimientos, como por ejemplo, dar patadas, cosa que lo acercaba aún más al Kin boxin.

La Internacional Taekwondo Federation (ITF) se contaminó de política y escalones burocráticos que manejaban a las escuelas y las coordinaban estableciendo Masters. Estos eran aquellos que lograron un 6to. Dan y podían tomar los exámenes de instructores. Eran capos de un negocio que redituaba ganancias en dólares. Muchos chicos entraban a estas escuelas para llegar en un corto tiempo a tener su 1er. Dan y así poder abrir su escuela y tomar los exámenes de gump (los cinturones de colores hasta punta negra). Esto dejaba menos dinero porque se facturaba en pesos y no tenían el certificado de la ITF. A pesar de esto se seguían abriendo escuelas con instructores que tenían solo dos años de preparación y habían alcanzado el grado e 1er. Dan. Sin embargo la expansión del negocio era necesaria, la competencia entre escuelas era demasiada.

Lo que en las películas de artes marciales era una caricatura en la vida real estaba cobrando sentido a los ojos de unos pocos. Daniel ignoraba todo esto y entró nuevamente a la escuela donde su antiguo instructor lo recibió con brazos abiertos. Tomó sus primeras clases con un equipo de gimnasia hasta que consiguiera un dobok. Le llamó la atención que el gimnasio donde se daban las clases de TKD ahora era una escuela, o por lo menos así tenía que llamarla, y tenía un nombre como si fuera una banda de rock. Todo lo que veía a su alrededor eran rostros nuevos de compañeros que estudiaban TKD, discutían los movimientos de las formas, esas luchas imaginarias que se valían de movimientos coreográficos. Estas simbolizan los avances en el conocimiento del estudiante y fluyen con él. Tienen muchos nombres como Kicho y Taeguk. Nunca había visto en sus días de estudiante primerizo, pero le gustaba. Seguramente esto era así porque estaba yendo a un grupo de adultos y no de infantiles. Esa era su única explicación.

Daniel entrenaba dando lo mejor de si, de alguna manera aquel desgaste que iba teniendo entre la facultad, el entrenamiento en del gimnasio, el aeróbico de Muñiz, la escuela de TKD y el trabajo lograban disuadir la idea de que Agustina se había ido hacía más de dos meses. Sumado a que solo había recibido una carta muy breve en febrero donde decía que pronto se verían, que estaba bien y con el trabajo estaba ahorrando mucho. En cuanto a la facultad se había inscripto para el primer cuatrimestre desde Internet, seguramente se perdería las primeras semanas de clases pero no era grave. Había sido una carta fría pero que por algún motivo no le importó y siguió con sus cosas así como ella lo estaba haciendo. El curso de verano era de esos que se pasan volando sin pensar siquiera que solo sería un mes.

La facultad había comenzado y era raro ir por aquellos pasillos sin encontrarla, sin entrometerse en sus clases. Aquel abandonado estaba realmente desolado. Por otro lado su instructor estaba por realizar el primer torneo de la escuela en el gimnasio Altube. Todas las escuelas de José C. Paz y algunas de las ciudades aledañas iban a asistir. Era un torneo de exhibición donde se expondrían algunas peleas y formas. Por eso los que recién empezaban podían participar. Daniel habló con su instructor al que por cierto le faltaba un Dan para llegar a 6to. y ser master.

-No voy a ir, todavía me falta práctica y resistencia. Dame unos meses para ponerme casi en forma y voy.

-No se puede, casi no tengo alumnos avanzados y tenemos que representar a la escuela en todas las categorías. Necesito jueces que sean Danes, competidores y casi no llego al número. Venite y dame una mano, es solamente una exhibición. Si te ves flojo para la lucha reforzamos eso. Igual no te preocupes que es una exhibición, si alguien se pasa lo descalificamos y listo. Por lo demás, los chicos te asisten en la lucha...

-Bueno, dale…hace rato que no peleo.

-¡Esa campeón! no me falles.

POR AQUELLOS DÍAS…
Mientras daba vueltas por el patio de su casa trataba de no ir y revisar si tenía alguna noticia de Agustina, habían pasado quince minutos desde que revisó por última vez. Pero se acercó a la computadora y siguió de largo hasta su habitación. Ahí estaba su teléfono, tenía un mensaje de Federico, un compañero de la facultad que nuevamente cursaba con él una materia de derecho civil. Era para saber sobre lo que habían visto en la última clase a la que no pudo ir por problemas de cortes en las rutas. Aquel chico vivía en Chacabuco y alquilaba un departamento con su hermana y su hermano en capital. El paro del campo se estaba haciendo notar.

Mientras contestaba se acordó de Casandra, era sábado y seguramente estaba en San Miguel. La llamó y fueron a tomar algo al centro de aquella ciudad, hablaron de música, de como les iba en los estudios, de lo poco que salían últimamente y de Agustina. Daniel no se olvidaba de ella y parecía querer contagiar a cualquiera esa desazón.
Al pasar cinco minutos de nombrar a su novia se percató de que estaba hablando solo y Casandra observaba, hizo una pausa y ella se rió. Él le pidió disculpas haciendo chistes de lo mal que debía de verlo ella…pero no pasó más allá de eso. Ella le dijo algo así como que él tenía suerte de poder preocuparse por alguien ella ni tiempo ni alguien tenía y soltó una sonrisa.
Terminaron su café y lo reemplazaron por unas cervezas que invitó ella, Daniel no pudo rechazar la oferta. Estuvieron hasta casi entrada la madrugada en aquel bar y no fue la última vez. El cuatrimestre recién empezaba y los exámenes estaban lejos.

...Y EL 25 DE MARZO
Faltaba un mes para el torneo, había estudiado todas las formas y movimientos. Releyó la vieja enciclopedia que guardaba con recelo y se concentraba largas horas. Cuidaba su alimentación y trataba de descansar.
Mientras tanto en el trabajo las cosas no iban muy bien, casi no había pedidos. Y todo comenzó por una medida patronal del sector agropecuario que nada tenía que ver con sus artesanías. Sin embargo, en el circo que se estaba comenzando a montar, se cortaron rutas argentinas en todo el interior del país como respuesta y protesta a la medida  del 11 de marzo “La 125/08” del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y su ministro de economía el joven Martín Lousteau. El 12 de marzo, es decir al día siguiente, las cuatro asociaciones del agro declararon un paro de 48 horas hasta que se vuelva al antiguo sistema de retenciones fijas. Las razones que no se habían dado a conocer hasta ese momento eran la medida buscaba establecer un precio tope en el mercado. Las retenciones podían llegar a ser del 95% si el precio de la soja subía a 600 dólares

Las protestas se vieron alargadas otros 14 días debido a una negativa del gobierno de negociar. Se extendió 14 días más incluyendo bloqueos no solo en rutas sino también en puentes, puertos movilizaciones, suspensión de la cadena de pagos y abastecimiento en comercios.
El 25 de marzo se declaraba paro por tiempo indeterminado. Con esto se habían suspendido los servicios de transporte público de larga distancia en Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Rosario y Mendoza.
Dos horas después de aquel anuncio habló por primera vez la Presidenta de la Nación y calificó aquel bloqueo como un “piquete de la abundancia”. El Piquete hasta ese momento lo realizaban los sectores más pobres de Argentina de los que se resaltan los de las villas miseria que rondan por las ciudades más importantes del país.


Aquellos piquetes que iniciaron por el hambre, el cese de la construcción de hospitales, la falta de trabajo allá por el 28 de junio del 2000 movilizó en la Ruta 3 a la comunidad del barrio de la Matanza, también sucedió la toma de La Iglesia del Sagrado Corazón. Hubo algunos métodos similares, mucho antes, llevados a cabo por el movimiento obrero, ahora se habían convertido en un sistema automático de protesta en toda Argentina.

El cacerolazo se desató luego del discurso de la Presidenta de La Nación en Capital Federal y otras provincias. Por la televisión muchos se quedaron hipnotizados por lo que estaba ocurriendo. No habían pasado ni siquiera ocho años desde la crisis del 2001, donde las cacerolas vacías sonaron tan fuerte que derrocaron a un presidente. No habían pasado siquiera cuatro meses de gobierno de la mujer de Néstor Kirchner y todo parecía comenzar a desmoronarse. En Entre Rios muchos veían y esperaban la respuesta de Alfredo Diangelis, un productor agropecuario que los chacareros habían elegido como vocero e intermediario con la Mesa de Enlace que reunía a las cuatro entidades del campo, los ricos empresarios con participación política.

Daniel vivía aquel martes sin enterarse de nada, volvía de la facultad luego de escuchar el discurso de la Presidenta en un bar cercano a la facultad. Mientras llegaba a la estación de Palermo vio a una muchedumbre avanzar con las cacerolas en mano y otra vez, aquel sonido explosivo, chillón y metálico le tartamudeaba en la cabeza. Al llegar a su casa prendió el televisor y ahí estaban las multitudes agrupándose en la Casa Rosada reclamando e insultando. De repente una fuerza de choque, que hasta el día de hoy se llamaron a si mismos espontáneos fieles al gobierno encabezados por Luís D´Elia, un maestro escolar y dirigente político.
El gobierno kirchnerista siempre se jactó de no reprimir, sin embargo los hombres de D´Elia llegaron encapuchados con palos dispuestos a hacerse respetar y a disipar a los manifestantes, en su mayoría de clase media.

Por primera vez alguien cercano al gobierno mostraba los dientes y terminó golpeando a un hombre de unos cincuenta y tantos, luego de que este último insultara a D´Elia varias veces mientras marchaba por la calle para apoyar el gobierno electo.

Esto trajo las autodenominadas “competencias de actos públicos”. El gobierno trataba de imponerse a los medios masivos de comunicación sin hacer conferencias de prensa y haciendo actos públicos en la Plaza de Mayo, estadios de fútbol y teatros. Salió así lo que venía diciendo Casandra, los medios hegemónicos. Los monopolios mediáticos fueron el boca a boca de los periodistas que también se dividieron. Aquel tema trato de demonizar cualquier noticia contraria al gobierno. Incluso el aparato de propaganda se hizo evidente cuando una mañana cercana a aquellos cacerolazos, mientras Daniel se dirigía camino a la facultad vio empapelado Retiro con carteles que decían “TN (un de los canales de noticia del Grupo Clarín) Miente” y “TN: Todo Negativo”. 


Más allá de todo, la gente que se manifestaba en contra al gobierno pedía a gritos no llegar a ser como Venezuela o como Cuba. Sistemas populistas que se retroalimentan de si mismos y generan realidades paralelas como una figurita repetida a lo largo de la historia. El problema más importante es que aquel nuevo gobierno no tenía una oposición sería que expusiera, con argumentos claros y sin demagogia, el problema institucional al que se estaban enfrentando.

Daniel se estaba dando cuenta que aquella oposición peronista, radical, socialista, no eran oponentes para aquel gobierno por el simple paradigma de que ellos eran lo mismo que el gobierno o provenían de la década menemista igual que aquel gobierno…o si iba un poco más atrás en el tiempo era la generación de los ´70s. que estaba viendo la luz nueva y desaforadamente. La diferencia fundamental era que el gobierno tenía el poder institucional y la oposición no. El gobierno podía estar en boca de todos, la oposición no. La única posibilidad era hacer tratos con los empresarios privados de los multimedios y así nace la figura de Magneto, Herrera de Noble…quienes habían ayudado mutuamente a los Kirchner a tener aquel poder y ahora se estaban arrepintiendo. El problema: tal vez era demasiado tarde, la ideología es el mejor controlador de masas y cuando eso se suma a la pobreza, confrontaciones familiares, en fin, uno puede dominar a las masas como quiera obteniendo la imagen que desee.

Daniel no podía encasillarse en ninguno de aquellos dos bandos simplemente porque no compartía su lado oscuro y sabía que siendo parte de alguno solo aumentaba el poder de cualquiera de los dos y, poco a poco, perdería esa vista panorámica que le permitía pensar y ver el momento histórico que la propaganda oficialista del gobierno no se cansaba de repetir. Lo increíble era ver la ineptitud de la oposición, los medios inclusive, a la ora de discutir, preguntar y responder. 
En otras variantes los programas de archivo eran quienes en definitiva informaban a la gente que no veía televisión en todo el día. El programa más popular y que se pasaba en un canal oposicitor al gobierno era TvR (Televisión Registrada), de la productora PPT, que también tenía un programa oficialista (moderado hasta el momento) en el canal del Estado (canal 7). EL programa de muy pocos televidentes y con tan solo algunos meses en el aire era "678". Hasta ese momento la propaganda era subliminal y no se definía el bando del que formaba parte. Sin embargo todo estaba por cambiar...    

De algún día siguiente

Era una tarde cualquiera cuando decidió acompañar a Casandra a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, sobre la calle Puán. Allí una amiga le iba a devolver unas partituras mientras esperaban, en. el segundo piso en una pared llena de afiches una pequeña hoja saltó a la vista de Daniel. Una pequeña hoja A4 que daba una invitación abierta a un seminario sobre la historia de los Balcanes. Daniel se anotó los datos, el curso se dictaría todos los martes a las seis de la tarde y faltaban algunos días para la inscripción. Preguntó en una secretaría y todavía quedaban vacantes.
Las partituras volvieron a manos de su dueña y ambos volvieron para San miguel.

ARRIBOS I
Así eran los días y, sumergido en su locura, Daniel le agradecía al viento que su primo no estuviera trabajando con él, una familia que mantener era demasiada responsabilidad. Sin embargo trabajaba en una empresa de micros de larga distancia. Eso había reducido sus horas de trabajo pero aún así trabajaba.
Daniel se limitaba a generar stock, si de algo estaba seguro era que en Argentina estas crisis sucedían cada diez años. Y eso de una u otra forma lo llevaba a uno a cambiar su forma de vida y prepararse para el vértigo de cuanto puede afectarlo a uno este tipo de acontecimientos.
Llegó finalmente la llamada que esperaba pero en la que no quería pensar. La hermana Agustina avisó del arribo el lunes 8 de abril.
Pablo cumplió años el viernes 4 de abril e hicieron una reunión en su casa. Pero Daniel solo veía la hora de que llegara el lunes para estar en Ezeiza  a las tres de la tarde y ver llegar a su novia entre valijas. Su hermana no podía ir y él se ofreció a buscarla.
El tan esperado lunes llegó y su papá no le pudo prestar el auto, tenía que ir a cobrar un pedido, el transporte no andaba a horario y llegó una hora y media tarde, por suerte el vuelo se había atrasado casi una hora. Recibió un mensaje, lo esperaría en una cafetería…al llegar, ahí estaba ella, en el café del primer piso. Estaba radiante, con el pelo un poco más largo y otro aire que se percibía desde lo lejos. Verla ahí, tomándose un café y mirando su celular…era ella.
Daniel se acercó ella alzó los ojos y al verlo acercarse corrió rápido y lo abrazó fuerte. Todo lo que no habían hablado, dicho, distanciado…se resumió en ese fuerte enredo que los resolvió juntos una vez más.

-Te extrañé…perdoname por no haber escrito el…estuve en …

-No es nada...-sonreían y él la acariciaba.

El viaje en taxi era silencioso, ella casi no lo miraba. Parecía contradictorio al momento del aeropuerto. Miraba por la ventanilla del auto. El sacaba preguntas de la galera, las clásicas preguntas. Pero las respuestas eran breves y siempre tenían el Tic de terminar con una mano en la frente y la frase estoy cansada. El silencio era traicionado por el leve zumbido de la música que sonaba en la radio del auto y ellos simplemente cruzaban suaves miradas sin pensar más que estaban en el mismo momento y lugar.
Daniel trataba de seguirle el juego  imaginándose aquel viaje de miles y miles de kilómetros. Llegaron al departamento y el se quedó un rato en la cocina mientras ella se daba un baño. La hermana no llegaba y eran casi las nueve de la noche. Hablaron poco y él le dijo que la llamaría al otro día, dejó saludos a la hermana y un “que descanses”. Ella le dio un beso y a simple vista parecía que aquel extendido viaje al norte por fin había terminado.

Los días pasaron y hablaron poco, ella retomó los estudios a la semana siguiente. Un fin de semana antes se juntaron en capital luego de que ella hablara con su jefe en la librería. Luego de una llamada del padre no hubo ningún problema. Solo que no iba a trabajar tanto como antes.
Entre sus charlas Daniel nunca le comentó del torneo, ni de que estaba entrenando. Ella sin embargo le dijo que lo veía un tanto diferente. Seguro era que se había afeitado la barba de ocho días que había comenzado a llevar.
Todo volvió a ser como antes, las piezas en el mismo lugar. Sin embargo existía algo diferente…un aire de tormenta. Se miraron un breve instante, el no le dijo todo lo que había pasado hasta el momento y ella tampoco...el invierno estaba muy cerca mas que importaba, ella había vuelto.


 Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario