Corsino vive en las afueras del conurbano bonaerense. Hace varios años heredó un café en el que trabajó desde los doce años. Aquel bar, más conocido como La Milonga, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires resistiendose al paso del tiempo. Como buen símbolo del melodrama, Corsino cuenta y comenta las andanzas de personas que alguna vez se acercaron al café. Pero también escribe lo que se ha enterado y ha vivido en muchos de sus viajes. La razón de ¿porqué el dueño de un cafetín cuenta esas historias? no lo se. Una posible respuesta sea seguramente porque hoy forman parte de su vida.

viernes, 31 de diciembre de 2010

BÚSQUEDAS (1ra. Parte)

Todavía recuerdo el último miércoles que lo vi. Había llegado a mi casa al rededor de las seis de la tarde. Nos sentamos y tomamos unos mates casi agridulces sobre la mesita de la cocina.  Lo notaba algo callado, como reprimiendo las ganas de decirme algo importante. Jamás imaginé lo que diría segundos después: "Me voy".

Buenos Aires. Fue en la mañana del viernes 5/03/2010 a las 10.00 AM. Su abuela, su mamá y su hermana lo despedían desde un andén en la estación del TBA, Retiro. Se estaba yendo a San Miguel, un viaje de casi 26 horas, un total de 1.156 Km. en uno de esos vagones económicos.
El tren comenzó su marcha. Por la ventana el paisaje cambiaba y poco a poco iba dejando atrás la enorme ciudad. El sol, con su ascenso y descenso, marcaba las horas y una larga porfía. Sus ojos fijos en el paisaje atravesaban su reflejo en la ventana y pensaba en lo que fue y tal vez sería. Finalmente la oscuridad fue su descanso. 

EXPRESO DE MADRUGADA AL NORTE
Durante la noche se escuchaban algunos chicos jóvenes con sus enormes mochilas, rebuscándose la manera de pasar el viaje lo más cómodo posible. Estaban algo nerviosos y, en gran parte, se lo debían a la inminente impaciencia por llegar a destino. Pablo trató de vadear el aburrimiento y sacó de su bolso un libro algo añejado, remembranza de su última visita a la casa de un amigo en la calle Roque S. Peña y Tres Sargentos. Aquél libro, que por momentos fue una cálida compañía, se llamó "Rayuela" y con ella se durmió hasta el otro día. 
Dentro del tren se podían escuchar los latidos constantes, impacientes, profundos del expreso al norte. Los ronquidos de sus huéspedes. Era como el corazón de una bestia adormecida.

LA PRIMER ESCALA
Aproximadamente a las 12 PM el tren llegó a su destino: San Miguel de Tucumán. Pasó los primeros dos días en un Hostel del lugar. Allí su otra compañía, además del libro, fue una bici de color amarillo que había viajado embalada en otro vagón. Desde el suelo se podía empezar a percibir el incansable calor del norte. "¿Y ahora qué?"
Tras meditarlo unos instantes, todavía no había llegado al lugar que buscaba. Si de algo estaba seguro era de que debía continuar. Para eso tendría que alivianar la carga del equipaje.
En la majestuosa ciudad fue hasta el departamento de un conocido a ciegas y le dejó, entre otras cosas, algo de ropa. Ahora el peso era el adecuado, ahora el trayecto tenía una dirección, ahora él estaba seguro de que el viento era ese sueño que alcanzaría y así comenzó.

Es increíble y lo sigo pensando hasta el día de hoy: "Se fue con solo dos números de teléfonos, sin saber donde iba a parar. Un número era el de una casa en donde vivía gente conocida por la abuela. El otro era el de un departamento donde vivía el hermano de un amigo de un amigo de él. Todavía sigo dándole vueltas al tema. Eso fue arriesgado, irresponsable, extremo, una locura...y también una de las mejores aventuras que podría contar"

Esta historia continuará...

1 comentario:

  1. Éxitos, mi amigo!

    Esta historia es increible y emocionante... Que el mundo la conozca!

    Abrazo

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