EL DIARIO DE PABLO: Vivencias en Cafayate
Desde mi llegada a Cafayate ya pasó una semana y dos días. Dejé de escribir en este diario que llevo, interrumpí mi voraz lectura de "Rayuela" (libro que me fue generosamente regalado por Dani antes de mi partida) y ahora ya llevo 3 días viviendo con una comunidad diaguita calchaquí al pie del cerro.
El segundo día de mi llegada a Cafayate hice una excursión a Las Siete Cascadas junto con un grupo de persona que conocí en Amaicha y Cafayate. Y al llegar resultó ser que la entrada al cerro estaba controlada por gente de la comunidad.
Les preguntamos sobre el camino que teníamos que seguir y nos explicaron que llegar sería muy difícil. Para eso necesitábamos un guía.
Accedimos a ser guiados por un miembro de la comunidad, algo que nos fue de mucha ayuda, no solo porque el camino era difícil sino que el guía era una persona de mucha sabiduría, comprometido con su comunidad a pesar de sus pequeños 24 años de edad, su nombre era David.
Mientras caminabamos hablé largo y tendido con él. Me contó que muchas veces algunas personas decidían quedarse a vivir con los diaguitas y que durante su convivencia se les enseñaba a como poder hacer hilo, tejer, hacer quesos, curtir cuero, cocinar charqui o en quechua ch'arki que se refiere a la cecina (carne de cabra disecada).
La verdad eso me interesó y no pude resistirme a preguntarle si yo podía hacerlo. Felizmente su respuesta fue un si.
La primera noche que pasé solo aquí en el monte fue cuando fui a preguntar en donde me podía quedar y ver que onda. David no estaba porque había tenido que ir al cerro y hacer un rescate. Al parecer un turista se había caído y se hizo mierda. Finalmente el loco llegó re tarde y justo cuando estaba por volver caminando al pueblo me dijo: “Qué te vas a ir a esta hora, además son como 7 KM al pueblo, mejor quedate acá”.
Y así terminé durmiendo entre medio de su mamá y él, con pollitos, gallinas y hasta una palangana que tenia cayote una planta con la que se hace un dulce muy rico pero que larga un olor espantoso. Todo eso adentro de la carpa que tienen al costado del río. Quien lo diría: durmiendo con pollitos y gallinas.
Generalmente estoy con Lucía, la madre del David, porque este último durante el día tiene que hacer de guía en la montaña. Ella tiene muy buena mano para la cocina campestre. Tengo que admitir que sus empanadas, tortillas y panes son exquisitos. Por mi parte trato de ayudarle y, aún cuando ella no lo necesita, subo y bajo a cada rato hasta el río para buscar un poco de agua. También tengo que ir a buscar leña porque acá no hay ni gas ni luz obviamente. Y de yapa junto la basura que va quedando.
Ahora estoy aprendiendo a TEJER EN UN TELAR de la mano de un auténtico indígena. Me esta enseñando con lana de oveja y cabra. Me siento muy cómodo con la comunidad. Ellos me han brindado comida y compañía de forma desinteresada. Tienen muy presente su sentido de convivencia y no dudan en compartir comida y conocimiento.
Ayer pude formar parte de un ritual de agradecimiento a la Pachamama que fue muy lindo. Recuerdo que soltaban cantos como "Agüita-Diaguita" cuatro personajes al rededor de un fogón. Uno de ellos acariciándome con el humo de arriba hacia abajo, un verdadero mano santa. Después me tome unas cervezas con los chicos de ahí. Hay un personaje que le dicen Peta y se llama a si mismo el único diaguita nazi.
Por ahora no me falta nada, estoy razonablemente limpio y como muy bien. A veces miro las estrellas en medio de las noches ventosas y me parece ver las caras de los que quiero. La verdad los extraño mucho y mi corazón esta con ellos. Seguro que en la semana los voy a estar llamando para mandarles un beso grande.
EL DIARIO DE PABLO II : Un ida y vuelta: Cafayate-Tilcara
Estos días parecen pasar cada vez más lentos. Necesito escuchar música. Estuve pensando en escribirles a los chicos para pedirles a todos que me faciliten links para bajar música. Yo los puedo buscar pero pierdo tiempo buscando links que a veces no funcionan. Además muchas de las computadoras de por acá están muy mal tratadas.
Por otra parte, sigo viviendo con la comunidad indígena diaguita calchaquí "El Divisadero"(6 km. de Cafayate). Ya van más de dos semanas que estoy con los locos.
Uno de los inconvenientes que tuve que enfrentar fueron las heladas. Por suerte conseguí, a un muy buen precio, unos cinco metros de nylon grueso que puse encima del techo para resguardarme del frío matutino.
Lo peor es cuando llueve caen tres gotas y tengo diez litros de agua adentro para nadar. La verdad es que hay días en que llego a tiritar del frío, si tan solo hubiese traído una mejor carpa. Lo que ya me está empezando a molestar es que para cualquier pelotudés necesito hacer fuego y los baños son fugases ya que el agua casi siempre está fría. No dejo de pensar en que el invierno se acerca. Por suerte todavía no se me cruzó ningún turista mientras me lavaba. Si hubiera un guía diría: “Y aquí tienen un culo jabonado” Otra de las ventajas que saqué en el viaje fue comprarme una bolsa de dormir en la segunda ida a Tafi del Valle ¿por qué no me traje una bolsa de dormir de mi casa?
El domingo pasado 4/4/2010 fue mi cumple y lo pasé con la gente de la comunidad. Con ellos hicimos un asado y tomamos mistela que es como un vino pero mucho más dulce. En las últimas horas de aquel día me agarré un atraque terrible por mezclar vino, mistela, mate, mate cocido, etc.
Al día siguiente estaba con una diarrea imparable. Desde ese día me estoy quedando en la casa de María que está en el pueblo de Cafayate. Ella es una de las dos enfermeras de la comu, hermana del cacique Huayra Cachi, que en realidad se llama Rosario Condorí su apellido precolombino. Allí estuve unos cuatro días postrado en la cama. La casita era humilde y precaria pero muy linda. Lo gracioso es que la gente entraba, salía y yo siempre acostado de prepo. Para lo único que me levantaba era para la comida y el baño. Por suerte los tipos me llaman hermano lo que alivia mi presencia.
En fin, ya me estoy recuperando. También empecé a trabajar con un tipo que se llama Fermiño Humano y es uno de los artesanos de la comu. El tipo hace cerámicas. Aunque recién empiezo tengo mis dudas porque el chavón es muy tiro al aire y skabio, así que vamos a ver.
Volviendo atrás, el otro fin de semana 27/3/2010 me fui hasta Tilcara, Jujuy, bastante lejos de Cafayate. Aquel sábado tocaba Divididos y, aunque al principio no iba a ir, tuve un arranque de borrachera grave y me decidí a sacar el pasaje. De Cafayate a Salta Capital y de ahí hasta Tilcara.
Llegué a las tres de la tarde, me colé con unos locos con quienes terminé comiendo unos ricos choris y tomando Fernert. Di unas vueltas por el pueblo y cuando fui al escenario para ver el recital me pareció que hacía mucho frío, empezaba a lloviznar así que me volví para el pueblo a tomar un tecito caliente con bollo. Recuerdo que mientras caminaba en dirección contraria al recital, algunos de los convocados por la banda me preguntaban: “Che flaco el recital de Divididos es por allá ¿no?”
Si Cristian Watanabe me viera, cuando le cuente que me volví. Pero igualmente estoy contento porque gracias a eso pude presenciar un fabuloso espectáculo: una banda de sicuris marchando por las calles de Tilcara.
Una banda de sicuris es como una murga pero solo tenía dos bombos grandes, algunos platillitos y los 20 o 30 restantes tocaban sicus. ¡Impresionante!
Esta historia continuará...
Después del sismo, me gustaría saber algo de Pebbles.
ResponderEliminarMaster of puppets! Si lees esto, contestá un mail.
Gracias, vuelva prontos!