LA TERCER ESCALA
Jueves 11/03/2010. El viaje a motor con el camionero le acortó gran parte del camino. Las enormes ruedas del camión se detuvieron en el casi verde Amaicha del Valle, centro productivo de vinos pateros. Este es un pueblito pequeño y tranquilo del norte de la provincia tucumana. En la entrada al pueblo, sobre la famosa Ruta 307, se encuentra el Complejo de Museos "Pachamama". Este sitio es el refugio de reproducciones de diferentes elementos del Valle Calchaquí que datan del 800 A.C. Existen versiones de que Pablo visitó aquél lugar. Pero eso solo él lo sabe.
En Amaicha fue donde por primera vez pude hablar por “MSN” desde que se fue. Me contó que el camionero, apenas llegaron al pueblo, seguramente lo alcanzaría hasta Cafayate, provincia de Salta. La pregunta es ¿y por que no? Su periplo continuaría aún más allá. Pero finalmente decidió quedarse esos dos dias en un campamento.
Así fue como se quedó en este sitio que, aún hoy, desborda encantos. Su inmensa hospitalidad lo acogió dos noches. Su paradero fue: el camping los Cardoncitos. Según sus palabras:
"Era una casa con patio de 5x10 metros. Allí conocí a un jujeño muy mentiroso". Supo afirmar esto luego de que las alucinaciones fueran solo habladurías del lugareño.
Muy frecuentadas fueron las páginas de un diario que había llevado con sigo. Este lugar fue de gran inspiración para su letra. Un pequeño fragmento de lo que escribió fue:
“Había un jujeño que me prometió a mi y a otros chicos del camping que nos iba a hacer probar chamico, una planta con propiedades alucinógenas, pero al final fue un chamullo nomás”.
El Camping estaba frente al ex predio de "La Pachamama". Los Cardoncitos es una de las tres opciones que tiene cualquier visitante que quiera estar en contacto con la naturaleza. A pesar de la poca variedad de alojamientos, en aquél pueblo se encuentran lugares imperdibles como La Aguadita y la Represa de Ampimpa que, además de ser el mirador del Valle Calchaquí, está instalado un observatorio meteorológico.
Y si se quiere ir más allá de todo esto, Amaicha es la cuna de ancestrales tradiciones. Por ejemplo, el 5 de febrero se celebra la tradicional fiesta de la Pachamama (Madre Tierra). Esta fiesta es motivo de encuentro de toda la población de este pueblo, de pueblos vecinos y de todos aquellos curiosos que se acercan para participar. En el último día de los festejos se elije una mujer de entre todas las ancianas que representa a la Pachamama y va acompañada por una joven doncella que es el símbolo de la fertilidad. Pero Pablo había llegado muy tarde a esta fiesta. La primera noche había tenido un sueño al que no le dio importancia pero también al que un conocido del campamento le justificó la causa de tan extraño pesar en la Pachamama.
ÚLTIMA VISTA DE AMAICHA Y UN LUGAR DE PASO
A medida que el tiempo pasaba, sin quererlo ni pensarlo, fue desprendiéndose más y más de todo aquello que lo ataba a lo que fue. El desprendimiento de algunos bienes en Tucumán fue tan solo el comienzo para poder liberarse.
Seguramente aquel camino casi vacío lleno de montes, de valles y altas cumbres le susurraron zampoñas tan dulces que lo tentaron a seguir su marcha. Los dolores de cabeza, el constante racionamiento y la distancia ya no eran un obstáculo.
Seguramente no fue a visitar los Zazos, pero pasó por ahí. Un pueblo que está a tres kilómetros de Amaicha, y que cautiva con sus costumbres ancestrales. El lugar, donde funciona el Museo Amauta y un dique provee de agua a la comunidad, es considerado cuna de copleras.
Su camino continuó solo con sus pies y junto a otros aventureros que partieron desde los Cardoncitos.
Esta historia continuará...
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